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La bajante del Paraná, ¿cómo afecta la pesca?

Las noticias son cada vez más preocupantes. Se nota la falta de sitios para intentar con mosca, bait o spinning. Temor a la recolección indiscriminada que merme el recurso.

La pesca deportiva, en general, se perjudica con las grandes bajantes de la cuenca del Paraná, perteneciente a un gran colector, el Río de la Plata. El desborde de aguas, en la vereda opuesta, permite que los peces se distribuyan más por todo el río. Eso sucedió, excepcionalmente, en la larga crecida de 2009/2010, que coincidió con la época de desove. Dicho por pescadores que tenían más de medio siglo de experiencia en el agua, jamás habían visto tantos dorados. Con ellos también llegaron hasta el Río de la Plata los pirá pitás, especie que normalmente no bajaba más allá de la parte superior del Paraná Medio.

Por el contrario, con el río encauzado como en la actualidad, hay menos accidentes en el agua donde la correntada choca y provoca la necesaria oxigenación para que sea lugar de caza de los dorados. Muchas puntas, piedras y palos quedan en seco. El río entra en caja y los peces se ubican, en general, máxime con el frío, en lugares más profundos donde el cambio de temperatura es menos brusco. Los sitios para pescarlos en bait, spinning o mosca escasean. El trolling con señuelos crankbaits de paleta larga o la pesca con carnada y plomada corrediza adquieren preeminencia.

Pesca con señuelos

Sin embargo, los amantes de la pesca con señuelos contra las costas están empezando a organizar sus primeras salidas del año al Paraná Medio. Es que empezó a aclarar el agua. ¿Cómo se entiende éste fenómeno? Si se fijan en el sitio de Prefectura Naval Argentina, el agua creció notablemente en el hidrómetro de Formosa desde mediados de diciembre hasta mediados de febrero y, luego, lentamente, fue bajando. Esta avenida de aguas proviene de las lluvias en la yunga argentino-boliviana. Como son tierras livianas, el torrente las arrastra y el cauce se torna color leche chocolatada. Al prevalecer sobre las bajas aguas que llegaban desde el Pantanal y desde el sudeste brasileño, ensuciaron todo el Paraná debajo de Isla del Cerrito-Paso de la Patria.

La excepcional bajante, aunque cada vez más frecuente, debería llevar a la toma de algunas normas de emergencia. De lo contrario, el stock de peces no solo se resentirá por la falta de alimentación y espacios adecuados sino por la extracción indiscriminada. 

Fuente: Weekend.